En un país cuyos habitantes han desaparecido de forma misteriosa, cinco niños van a tener que aprender a arreglárselas solos. Sin embargo, muy pronto se darán cuenta de que no están tan solos como ellos pensaban. Todo un mundo hostil se abre ante ellos. Un cómic que se convirtió en un éxito inmediato desde su aparición en Francia en 2014, y que engancha tanto a niños como adultos.
Los protagonistas del relato son Iván, de 9 años, el artista divertido y cobarde. Leila, de 12 años, enérgica, optimista y muy resolutiva. Celia, de 8 años, ingenua, generosa, buena estudiante y moralizadora. Terry, de 5 años y medio, el niño turbulento y entrañable. Y Dodji, de 10 años, que les protege a todos. Estos cinco niños, de entornos socioculturales bien diferentes, se despiertan una mañana y descubren que todos en el pueblo de Fortville han desaparecido misteriosamente. Ninguno sabe qué les pasó a los que desaparecieron. ¿Dónde están sus padres y amigos? Se encuentran abandonados a su suerte en una gran ciudad vacía y tendrán que aprender a valerse por sí mismos.
En cualquier no están del todo solos. Muy pronto aparecerán otros personajes. Unos hostiles, otros amigos. Y la trama se irá complicando a medida que vayamos conociendo más datos sobre lo que realmente ha pasado en la ciudad.
Solos
Fabien Vehlmann (Paco. Manos Rojas) y Bruno Gazzotti han sido capaces de crear una saga extraordinaria, concebida inicialmente para un público adolescente, y que se vuelve realmente adictiva. Las primeras historias están lejos de ser las mejores de la colección, pero sin embargo establecen las bases sólidas que posteriormente se irán desarrollando, y en donde la amistad siempre será el hilo conductor. Una historia que puede recordar en muchos aspectos al clásico de El señor de las moscas, a El último recreo de Trillo y Altuna o incluso a The Wallking Dead de Kirkman.
La serie tiene varios relatos paralelos. Por un lado el principal, en donde los cinco niños van aprendiendo a desenvolverse solos en un mundo salvaje, y en donde la amistad es lo único que les permite mantenerse unidos. A medida que la serie avanza tendrán que enfrentarse a distintos enemigos que van saliendo. Algunas veces son niños que viven aislados, como el amo de los cuchillos. Otras son un grupo de niños como el clan del tiburón que precisa de la existencia de un líder, y cuyo destino se unirá en parte al grupo principal.
Por otro lado, en Solos también se nos van mostrando poco a poco distintos relatos del pasado de cada uno de los personajes, que a modo de flashbacks nos permite ir conociendo mejor a cada uno de ellos. Y por último, y no por ello menos importante, en cada una de las historias vamos conociendo pequeñas pistas que nos ayudan a entender mejor qué es lo que ha pasado con todos aquellos que han desaparecido, dando pie a numerosas hipótesis y coqueteando con la física.
¿Cómic juvenil?
Un cómic que sabe perfectamente cabalgar entre lo infantil y lo adulto, en el que tienen cabida tanto una tortura a base de cosquillas o una sesión de güija, como una conversación sobre el gato de Schrödinger o sobre las distintas dimensiones. Con todo ello, pese a que en un principio el argumento prometía ser destinado a un público más juvenil, las tramas que se van abriendo hacen que la serie vaya madurando.
Los enigmas que se van abriendo a medida que avanzas en la serie hacen que no pierda atractivo y que la serie no termine convirtiéndose en «más de lo mismo»: las 15 familias, el monolito, la zona roja, el niño-medianoche, las tierras bajas, la niebla o los insectos. Sin necesidad de grandes giros, Fabien Vehlman logra mantener al lector atento a la lectura. Y Bruno Gazzotti no se queda atrás con un dibujo espectacular y muy atractivo, propio de la escuela franco-belga. Con todo, pensamos que los autores debería ir pensando en darle un final digno a la serie, antes de que se queden sin ideas y pierda parte de su atractivo.
- Solos (Seuls) (6 tomos)
- Fabien Vehlmann (guion), Bruno Gazzotti (dibujo) y Usagi (color)
- Traducción: Diego Álvarez
- Dibbuks
- 2014-2023
- 39,50€
