Rosario Goya

En mayo de 1823 las tropas francesas de los Cien mil Hijos de San Luis irrumpieron en la política española para derrocar el régimen liberal y traer de vuelta el absolutismo. Esto supuso un repunte de la represión hacia los liberales que desencadenó el exilio de muchos de ellos. Uno de estos casos fue el de Francisco de Goya. El pintor de cámara del rey, temeroso de que se tomaran represalias contra él por sus ideas liberales, pidió permiso para salir de España y viajar a las aguas termales del balneario de Plombières. Nunca volvería a España. El cómic Rosario Goya de Fran Jaraba (De sangre y ron mi Cuba y División Azul), y editado con mimo por Cascaborra Ediciones, nos narra de forma amena los últimos días de Goya a caballo entre Burdeos y París.

Un cómic histórico que fantasea con hechos reales, en el que buena parte del argumento sale de la mente del autor. Y sin embargo Rosario Goya es un excelente relato histórico. Los personajes que aparecen, el contexto histórico y muchas de las situaciones, ocurrieron tal como se narran en el cómic.

El cómic Rosario Goya aborda los últimos meses de la vida de Goya. Y de esta época data la obra La lechera de Burdeos, un cuadro que muchos investigadores coinciden en darle la autoría del mismo a Rosario Weiss. Y otros hablan incluso de que la propia modelo para el cuadro pudo ser Rosario ¿Pero quién es esta tal Rosario Weiss? El cómic nos ofrece en este sentido muchas respuestas sobre dicho interrogante. Rosario Weiss era hija de Leocadia Zorrilla, ama de llaves de Goya. Y su padre era supuestamente Isidoro Weiss, aunque existen ciertas dudas de dicha paternidad. Rosario Goya juega con esta cuestión hasta el punto de que las dudas de la propia Rosario son en buena medida el hilo conductor del cómic.

Esta joven entusiasta compartía talento artístico con Goya e incluso ayudó y colaboró con el artista en sus últimos cuadros. Pero más allá del personaje de Rosario, el cómic Rosario Goya sirve igualmente como reflejo de una época convulsa. Con referencias a obras cumbres del arte español como Los Caprichos, Disparates o Pinturas negras. Referencias a la guerra con los franceses, las guerras carlistas, o los disparates de un rey, Fernando VII, que había perdido claramente el apoyo de los liberales.

Una excelente forma de entender aquellos convulsos años en los que España bailaba a dos aguas entre el absolutismo y el liberalismo. Y en donde figuras ilustres como Francisco de Goya no terminaban de encontrar su lugar. Tiempos de exilio. Tiempos de miseria.