La Mala Leche

Dicen en la solapa del cómic que Henar Álvarez, la guionista de La mala leche, forma parte de las voces destacadas dentro del mundo femenino. Guionista y presentadora de radio y televisión. Ha trabajado de presentadora en la SER, redactora en El Confidencial, y ha guionizado diferentes programas de radio y televisión. Por su parte, la dibujante Ana Müshell, natural de Jerez de la Frontera, ha trabajado para diversos medios como Vogue, GQ o Cinemania, edita sus propios fanzines, y ha publicado también diversas novelas gráficas. La última una biografía de Alejandra Pizarnik.

El cómic se encuadra dentro del feminismo más actual que reivindica más allá de la igualdad en los derechos laborales, y pone el ojo en la necesidad de la corresponsabilidad en los cuidados, en el acoso sexual y en el fin de la mirada patriarcal. La mala leche está escrito en tono de humor, con un dibujo ciertamente underground, y utilizando tan solo los tonos rosa, negro y blanco. El cómic reflexiona acerca del deseo femenino, la madurez y la necesidad de ser sinceros con nosotros mismos y con los demás. Posiblemente no sea un cómic recomendable para todos los lectores, pero es un cómic sincero, sin tabúes, y que se lee en poco más de una hora. Un cómic que a su manera te invita a reflexionar y a cuestionarte algunos de los estereotipos establecidos en nuestra sociedad.

La protagonista del cómic es Nani, alter ego de la propia guionista Henar Álvarez. Madre primeriza, con pareja estable, y un trabajo de guionista en la tele, además de colaboradora en la radio. Se podría pensar que tiene su vida resuelta, sin embargo, Nani está llena de contradicciones. Tiene pulsiones sexuales no resueltas, y su imaginación y sus deseos van a un ritmo diferente al que marca su relación de pareja. Sin embargo, Nani no es una mujer convencional. No se quiere sentir estacanda profesionalmente, y tampoco se quiere convertir en una fiel devota de los cuidados de una mamá arquetípica.

La propia guionista nos deja una reflexión final a modo de epílogo en donde explica que el cómic es en parte un cómic autobiográfico. Y que si bien es cierto que no todo ocurre tal cual se representa en las páginas de la novela gráfica, todas las historias que se relatan en el cómic han sucedido en su vida o en su cabeza. Y es que a fin de cuentas el deseo forma una parte importante de este cómic, de ahí que la mezcla entre realidad y fantasía se difumine en La mala leche. Una apuesta sincera que no debería molestar a nadie, pero que sabemos que no será así.