Historia de Jerusalén

Aunque Historia de Jerusalén ha pasado ciertamente desapercibida en España, en Francia cosechó muy buenas ventas en el año 2022. El cómic guionizado por el director del Centro Francés de Investigación de Jerusalén, Vicent Lemire y dibujado por Christophe Gaultier, aúna 4.000 años de historia de una ciudad: Jerusalén. El cómic aborda el origen mítico e histórico de la ciudad, desde su poco afortunado enclave geográfico. Una ciudad por la que apenas pasaban las líneas comerciales de la antigüedad, y con una climatología poco agraciada. Sin embargo, Jerusalén siempre ha destacado por su relevancia política, religiosa y cultural. Y el cómic profundiza precisamente en estos aspectos tratando de crear un relato objetivo.

Sin embargo, más allá de la intención original de sus autores, el resultado es ciertamente cuestionable. Historia de Jerusalén es un cómic denso, que difícilmente se puede leer de golpe. Diez capítulos repletos de datos, citas, fechas, eventos, saqueos, reyes, dinastías, guerreros o profetas. Y es un cómic con serias lagunas. Pese a estar profusamente documentado, la mayoría de las citas son de historiadores judíos como Benjamin Mazar y su nieta Eliat Mazar, o Amnon Cohen. Se echan en falta otras aportaciones de mayor calado.

Por otra parte, el peso de la Biblia como fuente histórica en los primeros capítulos es abrumador. Y buena parte de los datos que se aportan proceden de la arqueología bíblica. Esto le resta mucha credibilidad al cómic, al tratar de constatar hechos que aparecen en la Biblia como la purificación ritual o las defensas militares de Ezequías ante los asaltos del rey asirio Senaquerib, a través de hallazgos arqueológicos aislados.

Vemos en Historia de Jerusalén hechos como el descubrimiento de la tumba de Jesús sobre un templo pagano, o el hallazgo del pretorio de Pilato, desde donde ejerció como juez ante la multitud. Con estos puntos, el supuesto cariz científico y divulgativo de la obra queda en entredicho, al dar valor al relato bíblico. El cómic nunca cuestiona ni aporta la menor duda ante los hechos que se narran en la Biblia, y apenas se sale del discurso marcado por los historiadores judíos.

Siguiendo esta línea, y ya bien avanzado el cómic, no mejora desde el punto de vista crítico cuando llegamos a la aparición del sionismo. Es más, llama la atención que los autores pasen de puntillas por aspectos tan determinantes como el interés británico en la región, la declaración de Balfour, los campos de refugiados de palestinos, o la creación del Estado de Israel.

¿Significa esto que el cómic no es recomendable? Todo lo contrario. El cómic es un certero relato que puede servirnos para entender como Jerusalén es el resultado de una mezcla de pueblos y culturas que han pasado por allí a lo largo de 4.000 años de historia. De hecho el narrador del relato es un olivo milenario que nos cuenta desde lo alto del monte todo lo que él ha podido observar como testigo involuntario del paso del tiempo. Pero creemos que es necesario realizar una lectura crítica. Y al contrario de lo que se lee en muchas críticas que circulan por la red, y pese a tratarse de un cómic más antiguo, seguimos pensando que Palestina de Joe Sacco ofrece un análisis más certero de la actualidad política.